Melissa Etheridge irrumpió en la escena del rock estadounidense en 1988 con el lanzamiento de su álbum debut homónimo, aclamado por la crítica, que la llevó a aparecer en la ceremonia de los Premios Grammy de 1989. Durante varios años, su popularidad creció gracias a varios hits que la colocaron como una de las artistas a tener en cuenta dentro del panorama musical tanto por sus dotes de composición como por su distintiva voz.